sábado, 2 de agosto de 2008

Ochipinti



Un día jueves si mal no recuerdo, saliendo un poco apurado de la clase de panaderia, (correteando), para que no me deje el bus y no tener que estar hora y media sin nadie quién me saque de peluc..., via a samborondón, entré apurado al Decanato de la Facultad de Turismo y Hotelería a dejar mi carpeta con la asistencia de los alumnos, descripción de la clase del día etc. y en eso!! me encuentro con Ana Maria Franco, encargada de las pasantías de los alumnos de la facu, quien vilmente jajaja me cogió a cargo para que la ayudara con una descripción de la oferta gastronómica de Guayaquil, específicamente en comida típica.
Y bueno, yo como soy puro amor con todo el mundo, accedí a ayudarla, pero confieso que veía el reloj cada 5 segundos.
Después de un largo inventario, llegamos al tema "cangrejos" y yo de una!! OCHIPINTI en Los Rios y Ayacucho!!!!!! no se con que cara me habrán visto decir Ochipinti, o si el nombre suena "cholo" jaja que hubo un silencio en toda la oficina... jaja. Mi sugerencia no fue aceptada, pués necesitaban un lugar "turístico" (creo que me tendrían que redefinir el término) y querían algo como Mannys, Red Crab y esas cosas... Creo que un Chef como Anthony Bourdain, Chef ejecutivo de Les Halles y conductor del programa gastro-turístico "No Reservations" que recorre el mundo comiendo y buscando la esencia de las culturas y subculturas de cada país, estoy segurísimo que no dudaría en ir allá.
Hay que probar los cangrejos de ahi, hay que escuchar el armonioso tableteo de un pedazo de palo mojado contra los caparazones mientras el "dj" pone cds pirateados de Leo Dan, Los Angeles Negros y Hector Lavoe, o la espectacular salsa semipicante en la cual acompañamos los cangrejitos próximos a ser brutalmente descuartizados por nosotros los comensales.

Creo con firmeza que ningun local de Guayaquil le llega a las rodillas, pues aparte del sabor y lo delicioso de la sazón el ambiente tan bohemio, tan nocturno, tan Guayaquil es incomparable.
Ahora que estuvo Mario visitándonos, tenía que llevarlo, el me contaba que allá en Perú solo consumían las patas gordas, y el resto a la basura, aquí aprendió a comer hasta el carapacho y aprovechar el máximo la carnecita. jaja
Y claro, no podía faltar la eterna acompañante, una pescuezuda botella café, una Pilsener bien helada... mmm rico.. si no fuera porque no estoy muy bien que digamos de la barriga iría el próximo finde con los amigos, para contar anecdotas y dar palazos, ojo palazos, no martillasos, contra la mesa. vayan.. lo recomiendo... y Buen provecho, no se ensucien mucho...



pd. por si acaso, si llegué a tiempo a tomar el bus que me trajo de vuelta a Guayaquil... tremenda correteada por el campus de la U que me pegué ese día jaja



1 comentario:

Magaby dijo...

El lugar es medio feo, pero los cangrejos tiene una sazon...... y con una cerveza bien helada uhmmmmmmm que delicia. y no olvidar los maduros y su salsa.......